Día mundial del síndrome de down

Buenos días familias,

¿Cómo os encontráis? Seguro que con muchas emociones encontradas... Y con ganas de que esto pase.

Yo estoy en una situación similar a la de muchos de vosotros, así que os entiendo  perfectamente.

Intento ser positiva, ver el lado bueno de las cosas, pero muchas veces me ataca el agobio, la incertidumbre, incluso la tristeza y la rabia... Así que solo os puedo decir que ¡ánimo!

En esa palabra voy a tratar de recoger una reflexión que estos días me hago: ¡qué afortunada soy! Porque al fin y al cabo, estoy en mi casa, con mi familia... y tengo que aprovechar mucho ese tiempo, disfrutarlo y relativizar... Pensemos...¿en serio es tan importante que mis hijas hoy hagan... muchos deberes? ¿en serio merece la pena que me enfade porque... están gritando? ¿o porque no se despeguen de mi lado en todo el día? ¿que quieran jugar y no me dejen trabajar? 

Seguro que algunas de estas cosas os suenan. 

Pues bien, yo creo que no es tan importante... que lo que ahora debe premiar es ese tiempo que estamos pasando juntas.

Debemos ver esto como una oportunidad.

El mundo nos ha dicho...¡parad! y debemos parar.

Y... ¿por qué os cuento todo esto? Pues porque hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down. 

Y en esas dos palabras, "síndrome" y "down" hay mucha incertidumbre y mucho miedo. Miedo a lo distinto, a lo que no conocemos. 

Y de nuevo vuelvo a ver el lado positivo. ¡Qué suerte tenemos en nuestra clase! Porque nos acompañan esas dos palabras y las conocemos bien. 

Gracias a Dani, cada he podido comprobar cómo un grupo de niños y niñas de entre 10 y 12 años, empatizan, respetan, aman y conocen lo distinto. Porque todos somos diferentes aunque queramos ver lo contrario.

Así que chicos y chicas... ¡Gracias!

Cada día aprendo una cosa nueva con vosotros y vosotras. Os quiero.